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sábado, 29 de junio de 2013

2013: the bijou final touch

The bijou final touch suena a película de acción y suspenso... ¡Y en cierto modo lo es!
Pero... ¿de qué se trata ese famoso "toque final" tan difícil de describir o precisar? ´
Para mí es un extra o bonus track que añadimos para estar diferentes y perfectas. Puede ser de diseño, de color, de belleza, de tamaño, de alegría, de elegancia y estilo, o de riesgo... cualquiera de estas cualidades es válida si al agregarla el resultado es estudiado, certero. 
Como este exagerado pendiente plateado que aporta forma, brillo, sonido y sensaciones a un arreglo estrictamente geométrico, que sin él resultaría casi marcial.  
 

Agradezcamos que este año la gracia de la moda está en los accesorios, grandes, impactantes, arriesgados, pero siempre más baratos que una pieza de vestir de buen corte. Y agradezcamos también que la tendencia es barroca, o sea mezcla, exceso, desborde, superposición... de puntos de vista, de materiales y de estilos. De manera que si buscamos personalidad y glamour, las bijoux son imprescindibles. No es tan difícil con ellas dar "The Final Touch" (el golpe de gracia) a nuestros outfits.

 
Grandes pendientes, gigantes para la calle. A juego en color y diseño geométrico transforman este tailleur casual y casi tribal en un distinguido atuendo.
 
 
 
Un outfit que podría ser aburrido: los collares lo revitalizan, agiornan, alegran y vuelven muy chic.
 
 

¿Un barroco previsible y antiguo? No con este mega collar que se burla de todos los convencionalismos y completa el look casual de unas prendas para nada casuales. Muy, muy chic.
 
 
 
Un sobrio LBD, casi antiguo: las gruesas cadenas y el dije XXL son aquí the final touch que lo hace absolutamente distinto.
 
 
 
Apuesta de Yves Saint Laurent con megajoyería de diseños lujosos: bib y cinturón dan un toque inesperado y disruptivo a este arreglo de calle. Para el ojo, el sencillo vestidito negro se trasmuta en impactante y colorido, genial! 
 
 
Las pulseras y gargantilla aportan glamour, interés y textura
a este alegre y aniñado vestidito Chanel. 
 
  
 
Una serpiente dorada "cierra" con sus curvas doradas el look barroco de esta blusita.
 
 
 
 ¿Quien puede dudar que esta camisa ya no es común ni es la misma 
con la gigantesca flor plateada de este collar?
 
 

Dos usos tiene este broche para dar el golpe de color extra
que destaca un peinado diurno o un arreglo monocromático.
 
 
 

Sobre la rigurosa chaquetita casi victoriana, broche de corales como una gran flor,
vistosa y desalineada, de gran look . By Oscar de La Renta
 
 
 
Impecable renovación de un viejo guardarropas: 
¡desborde de super joyería trendy y ya está!
 
 
 
Más negro sobre negro... ¿aburrido? ¡NOooooo!
Con un largo collar dorado y clásico cuyo pendiente, de Lanvin, traspasa los límites de las proporciones ¡jamás! 
 
 
 
Para usar toda tu bijou de descarte, detalles propuestos por la casa YSL. Una forma de agiornar tus borcegos steam-punk. Interesante final touch, ¿no te parece?
 
 
 
 

domingo, 9 de junio de 2013

El barrio de Palermo Chico "anclado en París" ( como dice el tango)


Emplazado entre Avenida del Libertador General San Martín, las calles Cavia, Tagle y las vías del tren, unos metros más allá está el río. A principios del siglo XX Buenos Aires era el gran puerto agroexportador de Argentina y los ricos hacendados tenían "la vaca atada".
Esta curiosa expresión que todavía se usa para referirse a quien no tiene que hacerse ningún problema por su subsistencia, proviene de aquellos años, cuando París estaba plagada de adinerados argentinos que llevaban en la bodega del barco su propia vaca, para no extrañar la leche de sus desayunos pampeanos durante sus largas estadías europeas.
Pues bien, Palermo Chico o Barrio Parque fué diseñado por el paisajista Carlos Thays en 1912 como reducto exclusivo de la clase alta y así funciona aún hoy a un costado de la explanada que bordea Avenida del Libertador, ese gran espacio parquizado con especies nativas que inspiró a Le Courboisier para diseñar una ciudad con paisaje -de esa idea nacieron las casas elevadas sobre pilotes que hicieron historia en la arquitectura del siglo XX-.


 
Vista aérea de la Avenida del Libertador: de sureste a noreste bordea las orillas del Río de La Plata. Este es el lado oeste de la avenida. Enfrente, al este, los parques y Palermo Chico. 
 
 

La margen Este de la Avenida en otoño, cuando la caída de las hojas permite apreciar mejor su arquitectura: es el límite del Barrio Parque con el resto de la ciudad. Se le llamaba Grand Bourg, y es sin dudas la evidencia más concreta y permanente del fanatismo de la clase alta porteña de aquella época por la cultura francesa.
 
 
 
Las calles de Palermo Chico son bellas y tranquilas, quizás demasiado, e invitan a caminarlo: allí, pese a su cercanía con el centro de Buenos Aires, se escuchan los pájaros y se huelen las flores.
 
 
 
Sus arboledas maravillosas techan un laberinto de amplias y cortas calles enredadas que permiten descubrir a cada curva mansiones impensadas.


 

La calidad y belleza de sus casas ha sido salvada varias veces de la demolición, por lo que el barrio ya alberga unos cuantos museos: el José Hernandez, de Arte Popular, el Museo de Arte Decorativo, el Metropolitano, de pintura contemporánea, el novísimo MALBA o museo de arte latinoamericano. También hay embajadas y por supuesto, viviendas de ricos y famosos.


 
El MALBA , sobre la explanada de la Avenida del Libertador presenta un llamativo contraste, ya que es una de las pocas construcciones contemporáneas del barrio.


 
Escondido en el laberinto se avisora el lindísmo edificio del Palacio Anchorena,
hoy Museo Metropolitano.
 
 
Se entra por las antiguas cocheras, donde funciona un encantador bar y restaurante. 
 
 
 
sobre la margen Este de Avenida del Libertador. 
 
 
Palacio Errazúriz
 
 
 
Allí cerquita, el Palacio Errazúriz y Alvear, hoy Museo de Arte Decorativo, obra diseñada y dirigida por el academicista francés Sergent. Se inauguró en 1917, aunque él jamás pisó Buenos Aires.
 
 
La fuente del jardín junto a la entrada para coches frontal del edificio, donde funciona una pequeña y declicada confitería desde cuyo piso alto se tomó esta fotografía.
 
 

La casa de Torquist, diseñada por el arquitecto argentino Alejandro Bustillo en 1928, quien manejaba a la perfección las proporciones estilo clásico francés, hoy es la Embajada de Bélgica.


 
La Embajada de España.


 
Villa Ocampo, primera casa de estilo racionalista de Buenos Aires, de la famosísima mecenas de las letras y escritora Victoria Ocampo.
 
Mujer poderosa y sin prejuicios, ella encargó al arquitecto Alejandro Bustillo, en el mismo año que la Casa Torquist, una casa en el más vanguardista estilo europeo, y no sé si por obediencia a su influyente dueña o porque Bustillo odiaba este estilo tan "crudo", la casa es bastante poco feliz. Nada que ver con su agraciada vecina la Embajada de Bélgica.
 
 

Afrancesadísimo el barrio, aunque no faltan algunas mansiones estiloTudor, porque muchos de los ricos agroganaderos eran ( y quizás lo siguen siendo) anglófilos. 
 
 
 
Los jardines del barrio son maravillas refrescantes para los sentidos.
 
 
 
Entrada por un sugerente vergel. 
 
 
 
Un moderno jardín de papiros en el primer piso de esta residencia privada, Rafael Viñoly, 1997.
 
 
 
Es que la visita al barrio realmente se completa elevando la vista al cielo.
 

Y en la misma parada, a los pies, ¡este increíble portón de madera tallada!

Los detalles son los motivos que hacen del recorrido un paseo lento y amable que nos sorprende con su rancia de belleza en extinción.
Si tienen la oportunidad, háganlo. ¡Quizás sientan como yo que por un rato están en otro mundo!

 


 

lunes, 13 de mayo de 2013

Celedonio Lohidoy y sus trasmutaciones de la naturaleza

 



No emplearé demasiadas palabras: Celedonio Lohidoy, argentino, arquitecto, diseñador top de interiores y de joyas, descripto por sí mismo es tan traslúcido como la luz que captura en todo lo que hace. Tampoco vamos a recordar su trayectoria laboral, bien afianzada y a la que él se refiere con absoluta humildad y simpleza. Y no obstante sus creaciones son de una materialidad etérea y de una poesía exquisitamente inusual, aunque siempre ligadas a la naturaleza. En sus manos, objetos, joyas o decoraciones reproducen cierta obsesión por ese estado de las cosas en que lo natural trasmuta a sobrenatural.





 
Fotografías de su actual casa-taller-show room

Pero Lohidoy obtiene siempre este efecto sin apegarse a ninguna regla: él maneja con absoluta presición las mezclas.


El eclecticismo, las formas, el color y la luz son sus materiales preferidos, y los usa de tal modo que sin importar el valor monetario de lo que utilice para sus trabajos, logra darle magia a todo lo que toca.
Es su sensibilidad la que para expresarse, dicta la acción y pone el sello: basta ver sus obras para darse cuenta que no son de nadie más que Celedonio. Se lo identifica no sólo por sus diseños ligados siempre a la naturaleza, sino por un tejido de perlas con cristales, mostacillas, piedras semipreciosas y escallas que captura la luz en brillos suaves y contrastes destellantes.


 
 
 

 
 
 
  
 
 
 
 
 
 
Numerosos y disímiles son los objetos intervenidos por Celedonio 
aunque en ellos la luz siempre juega un papel primordial 

Interesante, ¿no? Yo tuve la suerte de vivir muy cerca de su negocio y ver su vidriera cambiar casi todas las semanas. Siempre me maravilló su inacabable inventiva, pues no sólo variaban sus collares sino el clima ambiental en el que eran expuestos. Para mí Celedonio es un verdadero artista.
Si querés seguir viendo su producción más actual podés hacer click  aquí.