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lunes, 20 de agosto de 2012

"Riviere", el collar preferido de Anna Wintour.



Como un hilo que destella la ribera nocturna de una ciudad populosa y feliz, así es el collar
Riviere: una delgada línea de luces que se ve de lejos, la visible frontera entre el anonimato y el glamour.
El collar "Riviere" se origina con la invención rusa del "Chatoné" o pequeño tambor metálico para albergar cada piedra en forma individual (mitad del siglo XIX).


Los diamantes tallados en forma redonda y engarzados en forma individual sobre monturas casi invisibles es lo que da valor al Riviere. Por eso es el collar de las reinas y luego, de la aristocracia europea, dado que la técnica en chatones permite insertar más diamantes y alargar el collar a medida que se los adquiere.
Pero fueron las tennistas, con Cris Evert a la cabeza, quienes de él hicieron furor y lo popularizaron. Comenzaron a llevar pulseras riviere a los partidos y a usarlas para vestir sport, hace aproximadamente 25 años.
Al punto que hoy es un accesorio obligatorio en el vestidor de las fashionistas.
Nicole Kidman, reconocida por su amor por las joyas, con un clásico
y hermoso riviere de grandes diamantes.

La montura que mejor deja lucir los brillantes es la de delgado metal blanco con garras, pero a esta altura hay innumerables versiones.
Los menos bellos son que que tienen monturas gruesas y pesadas, que semiocultan la luz reflejada por los brillantes.
No son tantas las joyas que resisten tan dignamente el paso del tiempo. Su diseño minimalista y la liviandad que le da su brillo hacen que este collar jamás se vea vulgar y sea apropiado para llevar con vestidos de fantasía, bordados o con pedrería. Para el día, su forma lineal hace que nunca se vea recargado. Para la noche, te hará radiante con su círculo de luz sobre tu rostro.

He aquí un "pequeño riviere", llamado así por ser la versión moderna del antiguo de diamantes, hecho en cristal de colores con monturas casi invisibles.


Anna Wintour, en este caso sobre una T-shirt (¿habías imaginado algo así alguna vez?)
lleva dos collares "riviere". Uno ámbar y otro celeste.



Un riviere violeta con un trench en charol negro ¡Wooooow!
Anna Wintour ( la gurú espiritual de la moda y eterna directora de la revista Vogue) lo adora. Sobre el riviere tenemos mucho que aprender de ella, ya que lo lleva de manera casi cotidiana.

Grandes cristales celestes para éste inusual y elegante "Riviere".
Anna Wintour lo usa aquí para completar un outfit funcional y diurno.


Otro look para el mismo collar, esta vez en dupla con una cadenita de la que pende un dije con una gran gota en el mismo color que el riviere.





Para un vestido de noche de gran brillo y elegancia elegante, la Wintour acompaña un riviere con otro collar de piedras similares en estilo victoriano.



Los usos que le da la soberana de la moda al "riviere" son verdaderamente ilimitados.
Aquí, dada la sencillez extrema de la camisa blanca,
el riviere se acompaña con otro collar de formas más exóticas.


Otra modernísima variante de los chatones, a mano de Wintour:
piedras amarillas para monturas doradas.



Dos riviere a tono con su vestido de estampado fantasía.



Un acompañamiento perfecto, son estos tres rivieres
a juego con los colores del galón de este clásico tailleur tipo Chanel.



Dos riviere sobre el escote redondo de este sweter, uno ámbar, como las líneas de su sacón de piel y su pollera.


Elegante y sin prejuicios: sobre un vestido estampado y bordado con gigantescos strass negros, tres son los "riviere". En color topacio, aguamarina y uva. El aguamarina, que la acompaña casi siempre, ¡hace juego con sus ojos!


¿Y este? Un riviere + un riviere = ¡un brillante collar de dos vueltas!



Nos encanta: sobre un animal print, hacen contraste tres riviere.
¡Chapeau!
Es obvio que Anna Wintour este collar le encanta, y la vemos siempre con alguno, sólo o superpuesto para combinar sus colores con su outfit. Los tiene de varios colores, incluso uno "tutti frutti", que combina con cualquier prenda y con verdadero acierto.
A nosotras, Anna Wintour nos convenció de que este collar es una inversión que se autofinancia.
¿Qué esperás para armar tu propia colección de "pequeños rivieres"?

martes, 19 de junio de 2012

El Maharajá de Patiala o el reverso del exotismo



Aunque parezca increíble, el exotismo no sólo tuvo expresión occidental: una mañana, el Maharajá de Patiala, príncipe de Punjab, India (un país donde las joyas son parte sustancial en la vida cotidiana), se presentó en París con dos mil diamantes para que Louis Cartier los convirtiera en un excepcional collar ceremonial. Toda la familia del Maharajá encargó joyas al afamado joyero, quien las diseñó a su medida. 


Fotografía de la Joyería cartier, en la Rue de la Paix, París, a comienzos del 1900

Louis era el mayor de los tres hermanos y joyeros Cartier, discípulos y socios de su padre, fundador de la firma. Y fué el más creativo y con mayor olfato para los negocios: inventó el corte llamado "baguette", el célebre "Mistery Clock" al que no se le veía el mecanismo y los relojes "pulsera", que dieron a Cartier fama mundial.
No obstante, si la joyería pasó a la posteridad como sinónimo de lujo, estilo y sofisticación fué porque Louis cambió la montura de oro para los diamantes por la de platino, entrelazó en formas caprichosas zafiros, esmeraldas y rubíes creando la línea "Tutti fruti", y salió a buscar inspiración a lugares exóticos como China, Rusia y el Golfo Pérsico, logrando una cartera de clientes de altísimo nivel para quienes diseñaba piezas únicas.



Esto le valió que en 1901 Eduardo VII llamara a Cartier "joyero de reyes, rey de los joyeros", saga que se iniciara con la Emperatriz Eugenia en 1859.
En 1913 Louis posó sus ojos en India y la trajo a su propio mundo. Ese año Cartier realizó una exposición en New York llamada " Inde Mystérieuse".
La historia que contamos al comienzo habla de cómo retornó la misma fascinación en sentido opuesto, con Maharajás llevando joyas familiares para dar al "estilo indio" el occidental toque chic que ya había ganado la Rue de la Paix y la Bond Street.



El más famoso collar del planeta, obra de Louis Cartier para el maharajá de Pitiala.




Una de las hermanas del Maharajá, con un collar de rubíes, también de Cartier.

Más info sobre el collar acá  y acá