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sábado, 9 de febrero de 2013

Tablescapes

Lo prometido es deuda. La contraje cuando les confesé mi amor por este genial decorador-diseñador inglés, de los más cuatro o cinco importates del siglo XX, también uno de los pioneros en la decoración como negocio.
Para mí, sus arreglos de mesa son incomparables. Mezcló épocas, materiales y estilos como ninguno. Fueron uno de sus fuertes, al punto que él los bautizó como "tablescape", un "almacenamiento organizado sobre un plano horizontal" (¿así suena horrible, no?) Más lindo es "paisajes de mesa".

 
Clásico Hicks: todo se escalona y acompaña. El dorado aparece tanto en el marco "a la hoja" como en el junco tejido del cesto, el rojo del poutpourrí resalta el de la pintura, el violeta de las hojas al índigo del apoyo de mármol.
 
 
Aquí los claroscuros se alternan con maestría: la forma de la cabeza del caballo y la fuente son similares y reflejan las líneas de la pintura, a la vez que las curvas hacen contraste con los ángulos de los cuadros y el mueble. El orden en los colores de la decoración invierte los de la pared.

 
Objetos semejantes entre sí forman una escala, neutros en los extremos, del blanco al gris, como en el cuadro, y estos floreritos que van en degradeé desde el contrastante azul, al rojo de la madera en las flores del más pequeño. ¡Capo!
 

Ahora van mis paisajes de mesa. Humildemente, por supuesto.
Aquí ven dos: uno sobre la mesa baja y otro sobre la de arrime.
 
ANTES 
 
 
 
 
 
DESPUES
 
 
 
 
 
 
Pueden apreciar en esta serie más transparencias y más blanco, para capturar la poca luz de este recibidor sin ventanas, la habitación más difícil de mi casa. A mí me gusta más. ¿Ustedes estan de acuerdo?
 

jueves, 31 de enero de 2013

¡Ahora debut, antes despedida!

¡Ahá! Terminó enero: estoy de vuelta.
I COME BACK.

Sí, lo habíamos prometido pero hablo en singular. No más plural, pues mi amiga la detective se tentó con nuevos rumbos. Y como no hay nada peor que quedarse con las ganas cuando una está convencida de que se pierde algo bueno, ambas acordamos en que lo mejor era su partida. Ella se despidió la semana pasada. Hemos andado mucho juntas: la extrañaré.
Ahora nada es en nombre de NOSOTRAS. Edito YO. Y puedo hacer este blog más personal, más íntimo y más coloquial,  -toooodo un desafío-.
Propusimos un cambio: profundizar en el diseño argentino, el arte popular latinoamericano ( aquí las fronteras entre culturas no son tan definidas) y en la decoración. Así será pues fuí YO quien lo perpetró. Por eso el nuevo look: cambio de imagen, de slogan, de perfil y de "tonito". En fin... ¡más autenticidad sin dejar de ser chic!

Bien sacudida de la despedida y del temor a mi debut como solista ¡ahí voy!
Comienzo con uno de mis espacios de trabajo -me aburro y cambio de lugar, así que tengo mis espacios- . El resto lo verás a medida que la ocasión lo haga propicio. Espero que te guste.

Es una esquina de mi living. Se ve a contraluz mi silloncito Thonet de esterilla con almohadón simil piel de chichilla en su asiento, frente a la mesa libro años ´70 ¡de cedro verdadero! donde voy poniendo mis piezas de bijou terminadas o en proceso para observarlas durante días y descubrirles cuestiones de diseño a mejorar.  
Hay una lámpara de pantalla ovalada, muy útil cuando baja el sol, -del borde superior penden aros pasantes-; una pequeña fuente de plata con forma de flor de loto de fabricación nacional; una caja indonesia de bambú con una tortuga tallada en su tapa -se ve al fondo de la foto anterior, contra el pie del velador- y un Buda taiwanés imitación marfil. También un gran potiche de vidrio rojo soplado, una caja rectangular mexicana fileteada a mano alzada con fondo negro y flores naranjas, rojas y amarillas y otra caja imitación laqueada japonesa de tres niveles. En la esquina un cenicero cuadrado, gigante, de vidrio iridiscente, también años 70, contiene más trabajos de bijoux.
Si todavía no lo notaste por el "tablescape", mi decorador preferido es David Hicks, un inglés que inventó casi todo lo que hoy se considera moderno en diseño de interiores. Ya te lo iré mostrando.

Desde la puerta ventana se ven algunas plantas en mi balcón: no puedo estar sin ellas.
Por eso vivo en uno de los barrios más verdes, con balcones simil jardines colgantes y con uno de los parques más grandes de la ciudad: los bosques de Palermo -25 hectáreas de césped, flores, árboles, lagos y rosedal incluído-  ¡Precioso!
Como chisme, te diré que cuando Le Corbusier visitó Buenos Aires quedó tan encantado con ellos y el entorno que creaban a la Avenida del Libertador, que ideó construir sobre columnas para no ocultar el paisaje. ¡Voilá!

 Y adivina adivinador...  ¿Qué ves hacia afuera?
 
 
¡Las ramas de MI árbol y uno de los tantos edificios de estilo francés que abundan en la ciudad!