jueves, 28 de junio de 2012

Actitud Sombrero





Es tendencia y te vistas como una bohemia, una oficinista o una actriz, será por tu forma de llevar el sombrero que te verán como a una dama. O no.
Si no estás cómoda con él ni se te ocurra usarlo: el sombrero es un accesorio que se viste, no que se "lleva". Es como si tuviera un lenguaje propio: para usarlo dejá la creatividad de lado porque no cualquier sombrero te hará elegante. Pero a la vez, cualquier sombrero puede resultar "EL" sombrero si te manejás con él tan naturalmente como al abrir tu cartera o sacarte las gafas de sol. En eso va tu "actitud".
Un maestro del diseño en moda, Balenciaga, tomaba al sombrero como parte indispensable del atuendo. Para él el sombrero no era un mero adorno: completaba y compensaba proporciones formando un todo indisoluble con el vestido.


Este modelo de Balenciaga retiene con un pequeño sombrero de forma horizontal 
la marcadísima línea de fuga vertical de este abrigo. 

El secreto esta en que uses lo que uses, sea sombrero, tocado, vincha o hebilla importante, peinetas, pañuelo, broches, cintas, moños, etc. etc., te asegures de que tu rostro se vea ovalado y que tu arreglo no "aplaste" contra el piso toda tu figura.
Si sos baja y de cara redonda, estás en la situación más difícil. Ni se te ocurra usar uno de ala ancha y copa baja. El de copa redonda y ala pequeñísima tampoco es para vos. Un pequeño tocado con algún adorno que apunte hacia arriba te estilizará, o una vincha con adorno asimétrico.


Un sombrero mediano en un color neutro permite colocarle algún accesorio que combine con tu ropa. Esta es Mary Schneider en El último tango en París, con un ramito de lilas 
que entona con su blusa y "eleva" la línea horizontal del ala. 

Para un rostro más cuadrangular, el ala y la copa deben ser medianas, las gorras que se adhieren a la cabeza y las viceras estan permitidas.
Si tu rostro es un triángulo, los de copa alta y de ala grande te favorecerán mucho.
Las viceras son aptas para rostros ovalados, y las gorras pegadas, para los alargados, cuadrados o triangulares.


Una vez que tengas el sombrero adecuado a tu rostro, el estilo también es importante. Un sacón fino puede verse arruinado con un gorro de esquiar. Y un sombrero tipo Sally Bowles no es para ir al trabajo.


Lisa Minelli en la película Cabaret ( 1972) interpretando genialmente a la impar Sally Bowles.



Jean Ross, o la verdadera Sally Bowles, con una gorra de lado que la hace super, super elegante.

Los sombreros tienen talla. Asegurate de que no caiga sobre tu cara: debe calzar justo a la mitad de tu frente, con el ala horizontal o ligeramente ladeada. Cualquier otra posibilidad, es para expertas o audaces.


   Liz Taylor, cuya fama y glamour le permitieron no privarse de nada
¡y ponerse, por ejemplo, este sombrero! 




sábado, 23 de junio de 2012

Hay carteras, carteritas... y carteras para levantar tu look




No es necesario que inviertas la vida entera para ir bien vestida.  Animarte a combinar accesorios y algo de audacia puede ser la clave de tu imagen y tu look.
Las carteras personalizan y le dan mucho estilo porque agregan forma, brillo, color, textura, diseño...


 Este bolso de Miu Miu tiene flores aplicadas con perlas metálicas: forma, brillo y textura
para destacar la sobriedad minimalista del impecable abrigo.



Un poco de rock y otro poco de romanticismo: el cuero negro,  texturado en la original cartera 
compensa muy bien las flores y el drapeado de la pollera.

Piel, gamuza y strass en "pequeño formato" con un sencillo vestido recto al mejor estilo LBD

Para una salida glamorosa, con el sólo detalle de un sobre exquisito
se transforma tu traje más formal .


¿Quien dijo que la pedrería es sólo para la noche?  Brillo y relieve ponen glamour a un outfit que se veía demasiado trivial.  




Elegantísima y casual, la piel ecológica pone estilo al invierno más riguroso.



Una combinación originalísima pero acertada del tan en boga animal-print,
¿quién lo diría? en un interesante mix de formas orgánicas con encajes y estampado vegetal.


Contraste para una hippie ultra chic:
brocato de terciopelo verde con bordados y cordones dorados



jueves, 21 de junio de 2012

Toda la tentación en un collar


¿Querés ser la diosa de la fiesta? ¿La más terrible femme fatal?
Este es un truco infalible: distraídamente... o con absoluta premeditación, un collar que se desliza por la espalda es una de las armas de mayor seducción con la que podés contar. Porque es inesperada, sugestiva, femenina ¡y sirve para "cazar" admiradores también desde la retaguardia! Los diseñadores más arriesgados lo han aprobado. Vos también podés dejarte tentar!



Este diseño de joyería Stern se adapta perfectamernte para espaldas menos descubiertas



 Hacia un profundísimo escote en V cae este precioso pendiente de Chopard


Estas vueltas compuestas por Tiffany acompañan la forma drapeada del escote.

Y si te quedaban dudas... ¿alguien podría resistir este fabuloso diseño en strass de Ralph Laurent?
¡no precisamente yo! 

martes, 19 de junio de 2012

El Maharajá de Patiala o el reverso del exotismo



Aunque parezca increíble, el exotismo no sólo tuvo expresión occidental: una mañana, el Maharajá de Patiala, príncipe de Punjab, India (un país donde las joyas son parte sustancial en la vida cotidiana), se presentó en París con dos mil diamantes para que Louis Cartier los convirtiera en un excepcional collar ceremonial. Toda la familia del Maharajá encargó joyas al afamado joyero, quien las diseñó a su medida. 


Fotografía de la Joyería cartier, en la Rue de la Paix, París, a comienzos del 1900

Louis era el mayor de los tres hermanos y joyeros Cartier, discípulos y socios de su padre, fundador de la firma. Y fué el más creativo y con mayor olfato para los negocios: inventó el corte llamado "baguette", el célebre "Mistery Clock" al que no se le veía el mecanismo y los relojes "pulsera", que dieron a Cartier fama mundial.
No obstante, si la joyería pasó a la posteridad como sinónimo de lujo, estilo y sofisticación fué porque Louis cambió la montura de oro para los diamantes por la de platino, entrelazó en formas caprichosas zafiros, esmeraldas y rubíes creando la línea "Tutti fruti", y salió a buscar inspiración a lugares exóticos como China, Rusia y el Golfo Pérsico, logrando una cartera de clientes de altísimo nivel para quienes diseñaba piezas únicas.



Esto le valió que en 1901 Eduardo VII llamara a Cartier "joyero de reyes, rey de los joyeros", saga que se iniciara con la Emperatriz Eugenia en 1859.
En 1913 Louis posó sus ojos en India y la trajo a su propio mundo. Ese año Cartier realizó una exposición en New York llamada " Inde Mystérieuse".
La historia que contamos al comienzo habla de cómo retornó la misma fascinación en sentido opuesto, con Maharajás llevando joyas familiares para dar al "estilo indio" el occidental toque chic que ya había ganado la Rue de la Paix y la Bond Street.



El más famoso collar del planeta, obra de Louis Cartier para el maharajá de Pitiala.




Una de las hermanas del Maharajá, con un collar de rubíes, también de Cartier.

Más info sobre el collar acá  y acá


sábado, 16 de junio de 2012

Bijou maximalista de inspiración decó



Ya veníamos diciendo que una de la tendencias 2012 en accesorios es el maximalismo.
Pero esta bijoux gigante impacta no sólo por su diseño osado, sus formas duras y geométricas, sino por sus colores netos y sus desenfadados brillos. Ameniza así al elegante y sobrio retro de los años ´50, en boga total, y a las nuevas colecciones en un estilo art-decó más que sofisticado, al que Gucci bautizó Hard-Deco.
En realidad, en los últimos años la tendencia está en alza para las bijoux y podemos ver en casi todos los diseñadores joyas actuales de identidad art-decó. Hay cadenas gruesas, grandes perlas, contrastes blanco- negro, negro-naranja, negro-rojo, brillante-opaco y materiales innovadores en joyería. He aquí una pequeña muestra.


Destellantes pendientes de Lanvin, la marca de un diseñador ícono de la época.

Gargantilla de brillantes con típico motivo geométrico y trabado, por Lanvin


Collar y pulsera de Heidi Daus, de clarísima inspiración decó.




Brazalete de Erikson Beamon




Este collar tiene cuatro vueltas y un gran dije cuadrado 
las distribuye en forma perfectamente simétrica. Por Giorgio Armani.


Aros de la casa Lanvin


Estos son los chandelier Cartier, (joyería ícono del art-decó) que dieron origen a muchísimas variantes de pendientes con flecos.


Una variante actual y transgresora: cadenas, grandes piedras y tiras de strass y resina.

Un sautoir de esmeraldas y perlas cultivadas, por Bucelatti


Bib de Valentino en tul bordado con cristales Swarovski


Gargantilla con mariposa de cuero, metal y cristales, por Lanvin.



Desfile moda art-deco en Buenos Aires 

jueves, 14 de junio de 2012

La ruta de la moda "étnica"


Seguimos recorriendo entusiasmadas la ruta de las bijoux exóticas, que nos llevó hacia lo autóctono y desde allí a lo llamado (con dudoso respeto) "étnico" por Occidente.
Hay nexos entre el exotismo de principios del siglo XX, la moda étnica de los ´70s y la de la posmodernidad, en un devenir que tiene (no era para menos) expresión también en las bijoux. La industria del espectáculo y la moda del multiculturalismo parece reeditar, con íconos parecidos, esa inocente visión de lo otro romantizada en el refinamiento new age.

Dos dragones enfrentados en esta pulsera de Cartier, 1929


Durante los últimos años del siglo XIX los salones burgueses europeos se habían poblado de imágenes exóticas: escenas chinas, turcos con mirada húmeda, odaliscas y sultanes, marfiles, máscaras, mascarones de proa y todo tipo de representaciones y objetos curiosos traídos de sus colonias extracontinentales.


Mata-Hari con un estilizado atuendo egipcio

Aquello que todavía no se llamaba moda era delirante, inconciente de sus mistificaciones y fetichista en su extravagancia. En los ojos del mundo, capturados por el cine y la puesta en escena del gran Poiret, se instala esa especie de "look at me" necesario para que la moda exista.
Los locos años y el art-decó lo exprimieron al máximo, y luego las guerras se ocuparon de que lo exótico aparezca como ostentoso y quede oculto por su propia sombra.
Esmalte rojo y brillantes en este pendiente de Trifari, un árbol florecido muy oriental.
Pero el resurgimiento del estado de bienestar durante los ´60s trajo, junto con la exploración intensa de la subjetividad y los fumitos de yuyos full-power, el gusto por los lugares mágicos e inolvidables. Conclusión: desde América hasta Tokio todos los caminos condujeron a Katmandú y sus alrededores. ¡Tanto que podría decirse que la moda hippie es una mezcla de jean y ropas típicas de la India! Cosas de la inevitable hibridación cultural que la globalización acelera.


Muchacha meditando en el campamento de un recital de rock de aquellos años



Una joya "maya" de los ´60s diseño de Lawrence Vrba para la gran empresa Castlecliff.
¡Y cierto que es muy bonita!

Asistimos a una reciente y feliz versión de "imperialismo express": la fusión Oriente-Occidente se reivindica en el carácter religioso de la naturaleza, en el estudio de las simbologías esotéricas y en rituales iniciáticos para todas las esferas de la vida: cuerpo, memoria, sexo y espíritu, y aún vida extraterrestre. ¡Las artes locales quedan expuestas como íconos al turismo, el espectáculo y la moda!


De las chucherías prehispánicas y los ponchos de nylon regresamos por vía directa al exotismo de Poiret. Y a la moda actual, tolerante con las diferencias como consecuencia necesaria del canibalismo capitalista (que excusa al otro folclórico si está privado de su sustancia).


Múltiples influencias culturales se expresan en collares como éste, de Milene Rust

Si no pone en cuestión la economía de mercado, la belleza de lo étnico sale de las callejas y ferias populares, sube a las pasarelas y a los cuerpos más cotizados para celebrar el mestizaje y la diversidad. ¡Ojalá la curiosidad y la admiración de tanta maravilla sirvan para que esta mirada amigable se extienda hacia otros campos de la diferencia!







Creaciones de la afroinglesa Anita Quansah


¡Y el hibridísimo, globalísimo y vintagísimo gipsy-look, que rejunta todo sin hacerle asco a nada!


lunes, 11 de junio de 2012

¿Es posible un estilo étnico-transglobal?


Global y étnico son términos que parecen contraponerse: "étnico" hace mención a diferencias culturales que determinan que un grupo social se distinga de otro en base a un origen e historia común; "global" apunta a borrar esas diferencias para abarcar y/o volverse apto para todo público. La cuestión es que la artística y muy posmoderna Anne Holland comenzó a crear estas bijoux para delicia propia en 2005, ya jubilada, y casi inmediatamente empezó a venderlas a nivel internacional. 


Dieciseis vueltas de abalorios hechos por las Fulani, mujeres nómades de Mali.
La plata del cierre es de Sri Lanka. 



Ágatas, jaspe, ojo de tigre, ónix, jade, turquesa y otras piedras.

Son diseños realizados con piezas ( abalorios, cierres, talismanes y amuletos) hechas a mano y provenientes de Asia, Africa, Latinoamérica u Oriente Medio, rescatadas en anticuarios o nuevas, compradas en mercadillos callejeros a los propios productores durante los exóticos viajes de Anne Holland y su marido Mark, quien lleva adelante la parte comercial de su emprendimiento.
Fascinada por la historia y las leyendas recogidas a través de las piedras, caracolas, vidrios, metales, cerámicas, Anne ha conocido milenios, sociedades y religiones que volcó luego en sus bijoux.
El dilema de su "globalidad" se resuelve con esta "transglobalidad" cuasi mística que atraviesa cada diseño, desde la heterogénea procedencia de sus materiales hasta el diseño decantado de la observación y manipulación de joyas ultra diversas.




Todo en este collar es antiguo y cada parte contiene una historia: vidrios romanos de la región conocida aún hoy como Bactria, al norte de Afganistán; cuentas de vidrio y de plata Bereber, de Marruecos; bolas y pendientes de los pueblos Turkoman, Sindhi y Uzbek.


Una parte de una antigua cerámica china forma la pendiente de este torzade


Una mezcla acertada de antiguas amazonitas, caracoles africanos, abalorios Djenne, vidrios de Java y cuentas de Mali, plata etíope y turquesas del Tibet.
  
¡Claro! ¡Así se entiende lo de "transglobales", ya que Anne y Mark cruzan millas y millas marinas para obtener la más bella heterodoxia en una bijouterie que tiene mucha actualidad a la vez que mucha historia. Y ciertamente, los diseños de Anne son globales porque no desprecian las influencias ni los logros de ninguna cultura.
De la producción de  "Dorje Design", el emprendimiento de esta pareja de aventureros estadounidenses, algunas fotografías que ilustran su estilo:



La plata de Yemen y el Tibet estan presentes en esta pulsera multivueltas.


Antiguos vidrios venecianos "corazón verde" (verdes por dentro, rojos por fuera), coralinas tubulares,  resinas africanas color ámbar y bolas Ashanti.






Ambar marroquí, piedra volcánica y cuentas de kenya y Togo. Broche de Sri Lanka


Argolla de caracol Papua, de Nueva Guinea, con 36 vueltas de mostacillas "naga"
( los Naga habitan al noreste de India y oeste de Burma).