martes, 13 de marzo de 2012

El vestidor de Eva Perón o un uso político de la imagen femenina

¡Hola! Ya estoy casi bien y pensando distraída, cuando la detective fashionista encontró esta noticia que no queremos pasar por alto: el jueves 14 de marzo, en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, reabren la habitación que entre 1946 y 1952 fuera ambientada para Evita como su vestidor ( un homenaje por el Día de la Mujer).


 No es necesario decir quien fué ella.  Nada aminora la importancia de su figura de mujer capaz de emerger desde las capas más profundas de la pobreza y la discriminación ni su trayectoria de gigante activista política. Oriunda de un pueblito de campo, hija junto a cuatro hermanos más de la pareja irregular de Juan Duarte, era ilegítima por ley. Pero Eva no sólo superó el peso de esos orígenes sino que fue la avanzada ideológica del movimiento de masas más formidable del siglo 20: el peronismo.
Quizás el dolor acumulado y su gran sensibilidad hacia la condición de los pueblos de América del Sur ( y su propia condición) hicieron de ella la "líder espiritual" del partido político Justicialista.


 

Aunque deseo hablar de lo que pudo significar ese vestidor de Evita ubicado al lado del salón más fastuoso del edificio donde funcionara por unos años su Fundación.
El vestidor estaba ubicado al lado del Salón Dorado donde Evita acostumbraba aparecer en público. Los dos años anteriores ( 1943-1945) había sido usado por su marido Juan Perón como despacho personal.
Ya traté en otros post el significado de los vestidores femeninos. Pero aquí el vestidor excede absolutamente ese espacio íntimo y personal de autoreconocimiento y se coloca como antesala del escenario social y político más productivo de  Argentina a mediados de siglo.
En consonancia con las opuestas versiones de los mitos que rodean a esta gran mujer, se habló y se sigue hablando de lo hermosa o de lo frívola que era la señora Eva Perón al vestir alta costura francesa y enjoyarse.


Tan contradictorio parece que hay quienes la ven bizarra: una joven que vestía ropas costosas, hermosos tacones y cuidadosos peinados para una tarea que otros hubieran considerado "menor" o de "trinchera",  rodeada de pobres y necesitados todos los días, desde las 8 horas a las 3 o 4 del día siguiente, en su Fundación, un lugar construído con todo el boato de que eran capaces los ricos porteños: el ex-Palacio Dodero.
Yo prefiero quedarme con lo que dijo de ella Christian Dior: " fué la única reina que vestí", evidencia de que estaba ante una persona única y absolutamente por encima de lo común más allá de su condición original.



Eva en el Öpera House del teatro Colón, vestida por Dior.

"El trabajo que yo hago no es filantropía ni es caridad, ni es limosna ni es solidaridad social, ni esbeneficencia. Ni siquiera es ayuda social, aunque por darle un nombre aproximado yo le he puesto ese. Para mí es estrictamente justicia", decía Evita sin faltar a su Fundación ni un solo día. Casi casi como si ella deseara que los más necesitados tuvieran las mayores compensaciones aunque fuera por un instante y comenzando por su imagen agradable.
Quizás un tanto ingenuamente pero no sin algo de razón, ella decía que si el pueblo conocía el refinamiento, iba a luchar para conseguirlo. Así,  para esa mujer dedicada por entero al cambio social, el vestidor al lado de su salón más público fué cuestión de practicidad y también, una de las expresiones más concretas de su capacidad de subvertir el uso tradicional de la imagen femenina.

La reapertura del vestidor de Eva Duarte muestra cómo aquella mujer que jamás se dejaría empequeñecer ni afear por los prejuicios de la época, fue una pionera de la participación política de las mujeres de clases populares, haciendo activismo incluso con su propia imagen.

Una detallada descripción del vestidor 
Museo Evita, en Buenos Aires 

No hay comentarios:

Publicar un comentario