viernes, 30 de marzo de 2012

jueves, 29 de marzo de 2012

Broches que "cierran" en estilo retro









Detalles que "cierran" con un broche. Así muestran las fotografías esa onda cuarentosa que viene este año con fuerza. Y la verdad es que para un outfit de líneas netas y colores neutros, el broche es el toque de sofisticación por excelencia: es discreto, señala sutilmente un gesto o el corte perfecto de un escote, cuello o talle y en los últimos años su uso no se fue masivo.
Oscar de La Renta los pone en relieve ( foto superior) incluso en el estampado del vestido.
Ejemplos para encantarse.







Son glamorosos, agregan un punto brillante y lujoso a ropas que van de lo trendy a la fiesta. Resultado: una gran inversión





En solitario o con compañía, los broches son el accesorio indicado para lograr un acento retro sobre cualquiera de tus actuales prendas. 

miércoles, 28 de marzo de 2012

Un collar espectacular

Isabella  Rosselini vestida con un lienzo carmesí que le cubre las piernas y este magnífico collar sobre su torso en "La muerte le sienta bien" (Death Becomes Her)


siete hileras de diversas piedras semipreciosas, oro y perlas en distintas formas, colores y tamaños perfectamente combinados (algo bastante difícil de lograr)

lunes, 26 de marzo de 2012

Lo más vintage son los aretes pegados


Los aros pegados a las orejas suelen caer en desgracia: cada tanto pasan al olvido, bajo la forma de una bijoux demasiado retro... o peor, absolutamente decadente.
Pero son muy elegantes, se lucen muy bien con el cabello corto o recogido, y a la vez permiten ser combinados con otros accesorios: pañuelos al cuello, collares vistosos y cortos... Y lo principal: se dejan ver en invierno pese a la mucha ropa con que cubras tu cabeza.
Así que aprovechando que se usan muchos accesorios y la onda retro vuelve a esos años donde los aros pegados a las orejas hicieron furor, ahí van algunas fotografías inspiradoras


Un hermoso collar de baguettes azules y brillantes con aros a juego, de Boucheron.



Ves cómo resalta ese aro blanco calculado con femenina sugestión entre los cabellos, el cuello alto y la vincha de piel. ¡Unos pendientes habrían sido imposibles!



La gran Cocó Chanel, con sus aretes de Gripoix y collar de perlas en varias vueltas.


Dos clips a juego con el broche, otra de las variantes posibles para dar varios toques de luz con bijoux rodeando el rostro. 



  Este vestido de cuello Mao merece el peinado alto y elegante, y esos clips que combinan a la perfección con el medallón en piedras rojas, quebrando el rigor del black and white.

Dos pasantes de Pasquale Bruni formando un par donde el blanco y negro
se alternan formando una inquietante simetría. 
Fantasiosos, arriesgados, con tendencia vintage pero actualísimos clips de Iradj Moini, en piedras semipreciosas y cristales


La tendencia cuarentosa de lazos en el cuello  genera una vertical que se compensa hábilmente con los aros pegados.


Los clips no tienen porqué ser aburridas y redondas perlitas. Aquí tenés unos que combinan cristales multicolores en un diseño que se alarga hacia la boca subrayandola sutilmente.


Actualísima versión de clips Chanel, en oro blanco y rosa, con cristales y logo como pendiente.



 Diseño de Victoire de Castellbach para la Casa Dior. Si bien cada aro en sí mismo es muy original, por su motivo de voluptuosos coi que aún de diversa forma y color quedan emparentados, igual que por el cristal rubí que pende del mismo modo en ambos, forman un interesantísimo par.


Tradicionales clips para esta moderna novia que apenas recoge su pelo con un moño de costado.

sábado, 24 de marzo de 2012

Accesorios al estilo de los ´40s

La década entre guerra y guerra (1940 a 1950) produjo una moda estricta y a la vez contradictoria. ¿Cómo era ser trendy en aquella época donde la única y verdadera moda era la escasez?
Pocos metros de tela, tejidos más baratos -surgen con fuerza los sintéticos-, modelos austeros y, como siempre, para romper un poco esa rigurosidad, accesorios bastante profusos.

Un aggiornadísimo look años ´40 por Dior.
Por favor, no olvides tus sandalias de plataforma con gruesas medias.

Los zapatos y los sombreros crecieron en altura y visibilidad gracias a materiales poco convencionales y más baratos: plataformas de corcho o madera, tiras de tela en vez de cuero, grandes tocados armados con cualquier cosa -papel de periódico incluso-, flores de tela, de piedras, de madera, carteras y bolsos en tamaños insólitos y confeccionados por las creativas "fashionistas" de la época, infaltables guantes, textiles intervenidos por sus hábiles dueñas con apliques de tul, celofán, o lo que sea, bordados en hilos y piedras, frunces que forman dibujos, franjas, ondulaciones siguiendo las líneas del modelo en cuestión...


Estas mujeres parisinas durante los años de la ocupación alemana no resignaban estilo, look ni belleza.


Un Dior 2011 como los de aquellos tiempos.

El uso del dorado y los apliques o pequeños detalles de pieles casi fueron el único lujo posible, ideas venidas de Hollywood, que era cada vez más popular junto a sus "estrellas", que entonces marcan tendencia...
Precioso par de clips, datados de 1940

Marcaban tendencia también con sus pañuelos al viento, pero cosidos o abrochados a las prendas: otro modo de aflojar y glamourizar el rigor de esos duros tiempos.


El uso de la bijoux, ya impuesta durante la década anterior, se afianza y comienza a ser masivo, "el detalle" elegante que definirá el outfit y el estilo.
Debimos ya saber que a grandes crisis grandes invenciones y que los años 40 ahora vienen preformateados para aliviarnos un poco esta crítica década en curso, la del 2010.
Entonces, ahí vamos con las "novedades" para ir por el 2012 como si estuviéramos de paseo:


En esta fotografía de Oliver Stalman para Elle  Dinamarca (marzo 2012), ves un tailleur entre masculino y femenino con pocos metros de tela, como en los cuarenta, pero dulcificado pues le falta el toque militar de aquellos años. Deja ver por debajo la ya clásica blusa blanca ( un must de esos años creado por Givenchy), el gran collar bib de cadenas doradas, el sombrero, los guantes y pulseras.


Otra mujer que parecería ser militar si no llevara animal print. El corte estricto del traje está, pero hay mucho glamour en ese escueto birrete en piel sintética a juego con el echarpe sobre las solapas, en los bucles que destacan los aros pegados a las orejas y un reloj menos visible que su pulsera hecha con una larga correa.


Un tailleur by Casa Dior, con bolso en un blando tweed de lana, boina adornada con plumas, collar de varias vueltas y broche a la altura del primer botón, stilletos con glitter... ¿Qué más para destacarte en el montón?


  

martes, 20 de marzo de 2012

El fucsia era tendencia antes que Colón pisara América

Dicen que cuando los conquistadores españoles tocaron tierra americana, entre las cosas que vieron por primera vez, vieron un color. Un color que desde el imperio azteca hasta los confines del incaico, en Argentina, vestía a mujeres, hombres y camélidos con laboriosos tejidos ceremoniales o cotidianos de telar. Ese raro y vivaz color era el fucsia.


Una modelo lleva en el BAF Week 2012 un moderno poncho fucsia, con las típicas listas o franjas y el dibujo central, al estilo de los awayos quechuas.

Corrió demasiada agua bajo el puente: conquistas, liberaciones, revoluciones y fusiones... pero el fucsia nunca dejó de estar presente en la vestimenta de los pueblos andinos, hasta que la carismática Frida Kahlo lo exhibió con orgullo mexicano en su viaje a Europa, y ese rosa furioso sorprendió o escandalizó a la sociedad parisina.


Allí Elsa Schiaparelli posiblemente vió el "shocking" que necesitaba para que sus vestidos entraran en el terreno oniroide y surrealista del que era promotora, y ese fué el comienzo de una historia más "global" para el fucsia.


El famoso sombrero-zapato de Schiaparelli.
¿No es igual a los zapatos que se usan ahora, con suela y tacos pintados de fucsia?

Pero el parásito de la tunitas de los cactus llamado "cochinilla" siguió viviendo ( y muriendo pulverizado para ser tintura) como siempre, igual que los pueblos andinos. Y los distintos tejidos de telar y aguja a lo largo de toda la Cordillera de los Andes siguieron y siguen siendo teñidos de maravillosos naranjas, rosados, granates y fucsias gracias a esas cochinillas.

Una niñita quechua. ¡Adorable!

El color fucsia, ahora de moda, es tan antiguo y nuestro como el maíz y el tomate, los pueblos náhuatl y el antiguo Cuzco. Y sus combinaciones con todos los cálidos, desde el bordó hasta el rojo, el marrón y el naranja, son tan americanos como los tamales.
El awayo es una prenda multifunción, que no sólo sirve para abrigo sino como manta, porta-bebé y bolsa de acarreo. He aquí uno típico, que consiste en dos paños con franjas geométricas en sus bordes y unidos por un lado en forma simétrica, de modo que parece ser una pieza entera.

Ahora dejo el orgullo para otros post y paso a algunas fotografías que atestiguan lo dicho. Sus colores serán una valiosa inspiración para tus outfits en 2012.


Antiguo poncho bordó con listas fucsia y rojas, de Argentina. Las tinturas rojas eran reservadas a los ponchos de los guerreros.



 Una cholita camina por las antiguas calles de la Paz, llevando en la espalda su guagüita, atada con un típico aguayo boliviano. las rayas fucsia combinan con otros colores vivos como el azul, verde y violeta, junto al beige y blanco.


El telar incaico, de cintura. Los españoles lo reemplazaron por el telar de pie, pero este se siguió manejando con las técnicas de la cintura para corregir la posición y el tensado de las hiladas.



Precioso huipil guatemalteco, con ténicas de tejido y bordado ahora mestizadas con los bordados europeos. Aunque hubo una técnica propia de teñido de hilos libres: el jaspe



Un tejedor actual de la Asociación Adobe, en Santiago del Estero, Argentina.
En Argentina, a partir de 2001, la Asociación Adobe -de Comercio Justo- buscó producir la tintura artesanalmente con las mismas técnicas ancestrales con que los pueblos quechuas tiñeron sus hilados. Y esto dió lugar a los criadores de cochinillas -llamadas también grana- en palmas de tuna.

Escuela de tejidos y de tintes

Productores de cochinilla en Argentina

viernes, 16 de marzo de 2012

Y la elegancia está en el cuello


Estaba previsto un post sobre aros pegados, pero en el transcurso descubrí que todo es cuestión de proporciones: tu imagen también. Y allí está como sin importancia, desmerecida, esa pequeña porción de nuestro cuerpo a la que no damos la atención que debiéramos y que ahora con los primeros fríos cubriremos sin esmero: nuestro cuello. ¿Es que casi no se vé? Sí, sí, sí.
Ese casi es lo único cierto de la frase. Casi no se vé si esta todo en escala. ¡Pero qué aire, qué levedad y orgullo le da a tu expresión, cómo suspende tu cabeza por sobre las otras dando a tu andar una plasticidad impensada, cómo llama la atención tu porte aligerado de gacela africana deslizándose entre la multitud!
¡No exagero! Mirá, por ejemplo, fotografías de Audrey Hepburn, o de María Callas, o algunas que te voy a ir mostrando aquí, donde los aretes, collares, aderezos compensan hábilmente cuellos de distintos formatos.


Un cuello normal no es muy ancho ni muy delgado, ni muy largo, ni hace aparecer a tu cabeza conectada directamente con tu pecho. Llevá el escote, los aros, la pashimina o el collar que quieras, pero no subestimes ese casi que no se ve!. En la foto ves cómo los pendientes a la vista junto con el cabello largo y llevado hacia atrás alargan el rostro, a la vez que el escote enmarca sin "ahorcar".


Un caso similar, donde el color del collar y del broche, recuerda el de los ojos destacándolo y "alargando" el rostro hasta la base del cuello.


A ver, aver ¿Qué tenemos por aquí? Una irreprochable novia de cuello ancho. Pero su escote "palabra de honor", su peinado alto y sus largos pendientes, componen hábilmente una nueva proporción mucho más estilizada.


Con el "cuello de tortuga" de este sweter, la modelo no se vería tan grácil de no haber recogido sus cabellos y "pegado" los aros a sus orejas. Pero así esta estupenda. Los labios bien visibles ayudan mucho a despegar el mentón del cuello y dar mayor independencia a la cabeza.


Aunque la modelo tiene un largo cuello, éste es un buen truco para los cuellos cortos o anchos, sobre todo en invierno, cuando la ropa se sube hacia la cabeza. El collar está por debajo del moño que forma el cuello de la blusa, de modo que alarga visualmente el espacio entre la cabeza y el tórax, a la vez que ilumina el rostro. Esa "iluminación", de la que tanto oímos hablar, es necesaria para dar levedad a la cabeza. Completan pequeños aros tipo clip y cabello llevado hacia arriba. ¿Imaginás un arreglo así con el cabello suelto? La zona del cuello estaría congestionada y sin espacio para que se destaque nada.

Cabello corto y llamativos pendientes de brillantes. Unos aros pegados huebieran alejado demasiado la cabeza del cuerpo.


Los aros gigantes amarillos dan a este delgado rostro una anchura que "adelgaza" el cuello, aunque también salva su aceptable largo.

Cuello largo y delgado, cortado y alargado por el outfit con gargantilla y los breteles negros que forman un vértice hacia abajo. ¡Maestra!



¿Un cuello muy ancho para esta cara? No sé. Los largos pendientes rojos, que apuntan al broche, adelgazan notablemente este cuello y hacen que los hombros se "acerquen" entre sí.

  

Una melenita que "libera" la zona es un gran recurso para esos momentos donde  hay que abrigarse y el clima hace necesario no exponer tanto el cuello.



 Una pashmina flojamente arrollada, contiene cuello y cabeza, estilizándolos. ¡Y otra vez el cabello recogido!


¿hace frío y te pusiste todo? ¡No importa! Un extremo del echarpe apuntando hacia abajo resuelve bastante, y sino no alcanzara porque mucho no se ve, quedan esas dos trencitas que socorren con dos verticales.


Era un cuello largo. Si lo cubrimos de este modo, varias horizontales lo acortan. Las puntas del cuello del saco compensan y "alargan".



¿Tu cuello está bien proporcionado y lo permite todo? Mostralo mucho pero no sobrecargues. Según se ve, no queda tan bien. Porque en tu imagen, como en la vida o en el amor, ¡todo es cuestión de medida!