jueves, 5 de enero de 2012

El glamour de mi abuela






Entre el didáctico afiche de arriba y el de abajo, que propone repensar las bijoux como objetos de diseño, hay un abismo. Los primeros afiches referidos a las bijoux eran lecciones de glamour. Y a falta de asesores de imagen y de estilo, mi abuela Galatea los recopiló con avidez.
Luego que se extendiera el uso de joyas falsas durante la década del 30, la marcas pioneras en bijouterie comenzaron a publicitarse mostrando más que las bijoux, mujeres hermoseadas con ellas. Sus avisos impresos resultaron ser lecciones universales en cuestiones de elegancia, encanto, estilo y gusto, que los fabricantes comenzaron a dedicar a las mujeres comunes. Hasta ahí las únicas glamorosas habían sido las aristócratas y alguna que otra desenfadada amante del arte.



La pulsera ancha sobre el puño del guante y el importante sautoir el dan aires de
¡verdadera diva!
Dibujo a mano alzada de los cartones con que Miriam Haskell ilustraba sobre cómo llevar dos importantes piezas de su producción. Aproximadamente 1930-1940. 

Cuando la prensa comenzó a ser el medio de llegada para las ascendentes masas populares, la belleza y glamour de las clases altas se convirtieron en objeto de consumo masivo. Y junto con esto, las bijoux.


¡Tan lánguida y hermosa como el glamour de la época requería!
Otro dibujo de Haskell, cerca 1935.

 

Página de revista femenina donde puede verse el detalle puesto especialmente en la bijoutería.


Miriam Haskell más profesionalizada en su publicidad: daquerrotipo de 1946. Hollywood mediante, el rostro aparece aquí en primer plano y ya no es tan importante cómo la bijoutería acompaña a la vestimenta, sino la belleza de las piezas, haciendo espejo a la belleza de la modelo.  




Glamour estilo Dior en estas propagandas de Kramer (alrededor 1950), un joyero que trabajó para varias marcas de bijoux (principalmente para Haskell y Dior) y para su propia marca.



Los medios de difusión tomaron también a la femineidad como causa, y la bijoutería fue adquiriendo cada vez más auge en la ostentación de esta nueva condición de la mujer,  menos reprimida, más autónoma y vistosa.

Las publicaciones femeninas hicieron lo suyo mientras mi abuela Galatea iba tomando nota, o más bien, guardó pacientemente en los cajones de su tocador las ilustraciones que le mostraban los usos de un arsenal de bijoux que se estaba produciendo cada vez más.


Graciosa ella, más decidida e independiente pero glamorosa por mil.
Coro, otro de los joyeros que por aquel entonces se hizo famoso trabajando para los modistos franceses en boga ( Chanel y Dior) también creó su propia marca.


 Una sugerente foto de alrededor 1960. La mujer se muestra muy suelta, más plástica y menos pudorosa, y adelanta su brazo escandalosamente cargado de pulseras que da pie a la irónica comparación con "un árbol de Navidad".  


Un capítulo aparte merece la estadounidense Sara Coventry, que llevó el sueño americano al interior de todos los hogares con un sistema de ventas "a domicilio" del estilo que en estos pagos conocimos con Avon. Todas, no importa donde se hallaran, podrían asesorarse, elegir y adquirir falsas joyas de bajo costo y alto impacto. He aquí una página de catálogo.



En materia de "formación" del gusto popular las revistas femeninas hicieron también lo suyo de manera impecable. Y en esto, los laureles se los lleva Vogue. Vogue fue un medio creado difundir la moda que se convirtió, como las leyes de la comunicación enuncian, en creadora universal de tendencia.  
Una tapa de la revista Vogue, decana de los medios de difusión femeninos y encargada de regir casi hasta hoy los dictámenes de la moda. 1957.


 Obsérvense en la ilustración el pendiente y la gargantilla ocupando el primer plano.
Mi abuela tenía muchas más ilustraciones guardadas, pero esto es un blog, claro. ¡Espero que te hayan gustado tanto como a mí! Y como bonus track va una ilustración que me encanta, que servirá para alimentar el amor vintage:

No hay comentarios:

Publicar un comentario