jueves, 26 de mayo de 2011

Tocadores femeninos

Rescatemos la causa: ¿que la palabra "tocador" da para el doble sentido? ¡Por supuesto!
Mucho antes que la mujer tuviera derechos reconocidos legalmente, y todavía custodiada por su padre, su hermano o su esposo, el tocador fue quizás el único espacio ganado y merecedor de un mueble socialmente aceptado para ella. Primera propiedad exclusivamente femenina, en él la mujer pudo aislarse para su aseo, vestirse, maquillarse, peinarse, acicalarse, depilarse, mirarse al espejo y volverse a mirar una y otra vez. Con seguridad el tocador fue consuelo y sustituto de muchos de los placeres prohibidos a ellas y a al mismo tiempo, contenedor y espejo de su naciente conciencia de gozar y de ser.



El espejo, los artículos personales e íntimos, los cajoncitos para el almacenamiento de cosméticos y accesorios, junto a la posibilidad de ocultar recuerdos y objetos de valor, convierten al tocador en un mueble que facilitó la tarea de identificarse con la propia imagen y de reflexionar sobre sí misma.
¡Quien hubiera soñado que ese espacio destinado a la mujer-objeto de goce de los otros sería generador de privacidad, auto reconocimiento e independencia!
En sus comienzos, el tocador fue una habitación destinada al baño y acicalamiento familiar (s.XVIII ). Paulatinamente fue apropiandose de ella la mujer y podría decirse que fue el único espacio doméstico y privado que nadie le disputó. Pero fue el siglo XVIII, coincidiendo con el refinamiento y la sofisticación de las pelucas (tocado), los maquillajes y la vestimenta, el que marcó el auge de este mueble femenino que se convirtió en un importante elemento ornamental y llegó a formar parte de la dote.



El tocador alcanzó su esplendor en la Francia del siglo XIX con el advenimiento del estilo "Imperio". Gracias a la vanidad de las mujeres de clase alta, en ese momento de apogeo se convierte en una rica mesa de ebanistería hecha por encargo, dotada de cajones con llave y cajoncitos ocultos y trucados, espejo rebatible y taburete.Vemos por ejemplo, la riqueza de su construcción en el tocador que se mandó a hacer para Mme. Pompadour, quien fue sinónimo del estilo rococó.



Las modificaciones sucesivas muestran el desplazamiento del significado del tocador desde ese espacio donde la familia se aseaba y emprolijaba, hacia aquel exclusivo donde la mujer pudo reconocerse, individualizarse, valorarse, embellecerse, ocultar o potenciar secretos del cuerpo, del placer y del amor que jamás había sospechado.
Tal vez por eso lo habita un micromundo de objetos y misterios que abarcan intimidades del cuerpo y el alma femeninos: para su belleza, autocuidados y salud, pero también para sus sentimientos, dolores y anhelos más intensos.



Encontramos todo ello expresado en una multiplicidad de preciosos objetos de deseo, como cajas, frasquitos y contenedores, peines, pinzas, adornos, joyas, ceñidores, hebillas, ganchos, postizos, ungüentos, cremas, pinceles, polvos delicados de colores y sus cisnes, esmaltes, bijouterie, miniretratos, porcelanas, espejitos, pañuelos bordados, guantes, carteras y todo tipo de adminículos.
El siglo XX y la democratización de ciertas conquistas femeninas generaron una imagen más pública de la mujer y de este ícono indiscutible de su femineidad. Muchos retratos muestran a actrices en su tocador, igual que muchas revistas femeninas se dedicaron y continuan difundiendo los "secretos" de las más bellas.



Aquí vemos a Jean Harlow (1911-1937) posando junto a un tocador y sosteniendo un teléfono blanco, símbolo de clase y conexión con el mundo social  propio de una diva de principios del 1900. 
Abajo, un tocador de fines del siglo XX, en cuyos objetos podemos reconocer la división y permanente confluencia de necesidades de la vida afectiva y laboral en la actual cotidianeidad femenina.

martes, 24 de mayo de 2011

El mundo creativo de Tony Duquette.

Llamarlo solo diseñador de joyas sería mezquino. Tony Duquette dedicó su vida a una creación artística que lleva a la fantasía a su máxima expresión.



Diseño de vestuario para Camelot, obra por la cual ganó su Primer Premio en Vestuario

Mundano, refinado y excéntrico, fue además de un incansable promotor de las artes decorativas, pintor, escultor, orfebre, escenógrafo, vestuarista, diseñador de interiores y de jardines.


Una escultura de materiales reciclados en el jardín de su casa Sortilegio, hecha con materiales reciclados. Véase el motivo radiado de muchas de sus joyas en los adornos de este personaje.


Gazebo armado en base a astas de ciervos, en el jardín de su casa.


"La visión encantada", una conferencia de tres días que dió en 1970 en los Angeles, no solo lo catapultó hacia la fama sino que fue un suntuoso credo artístico.Tony Duquette nació en los Angeles en 1914 y su madre, una violoncelista británica, le enseñó a ser libre. De pequeño gustaba crear marionetas y jugar con ellas. Veinte años despues lo descubrió Elsie De Wolfe Mendl, la árbitro internacional del gusto. Terminada la segunda guerra para la cual se enroló, la pareja Mendl lo lleva a Europa y lo introducen a sus amigos del continente.


Interior de su casa en Los Angeles, decorada al modo de un palacio veneciano, donde se observan muchas de sus creaciones: pagodas, secretaires, y la araña de luces, una verdadera alhaja que pende del techo, confeccionada por él con todas las técnicas que conocía de la joyería.

Comenzó a trabajar como free lance para los entonces conocidos decoradores William Haines, James Pendleton y Adrian. En 1949 se casó con la actriz Elizabeth Jhonstone, haciendo pie definitivamente en Hollywood. En la industria cinematográfica lo apadrinaron Vincent Minelli y Arthur Freed y es parte de la ambientación , el vestuario y el éxito de muchas películas.


Interior de la casa de Elizabeth Arden

Duquette crea su propio negocio en 1949, ambientando desde entonces lugares de esparcimiento como clubes de lujo, nightclubs y megatiendas como la de Elizabeth Arden.
En 1951 tuvo la fortuna de exponer individualmente en el Museo del Louvre, y a su regreso en Los Angeles County Museum of Art, que inició una larga serie de exposiciones en distintas ciudades de Estados Unidos.
Con una fama ya muy bien ganada, durante las décadas del ´60 y ´70 continuó trabajando en distintos paises del mundo: Alemania, Austria, Irlanda, Francia, y en América del Sur y Oriente.



Sus famosas pagodas, actualmente muy popularizadas en el gusto norteamericano

En 1979, inaugura su propia fundación patrocinando muestras y conferencias sobre artes decorativas.
Sus diversas viviendas mostraron su riqueza expresiva, su interiorismo de alta rango y su pericia como joyero, que salta a la vista en la construcción y belleza de sus lámparas y sus tapices-joya, así como en muchos de los adornos de mesa que confeccionó.


En el fondo de esta habitación puede verse uno de sus tapices-joya


Una de sus arañas, muy vendida en los ´70s.

La extraordinaria casa que Duquette construyó en Beverly Hills, Downridge, es actualmente una sede para la promoción del diseño y el sitio de muchísimas campañas publicitarias ligadas a la moda.
Murió en 1999 luego de una vida de premios y honores.

sábado, 21 de mayo de 2011

Las piedras de Tonny Duquette: talismanes de poder.

Broche en hueso, zafiro, corales y esmeraldas

Excéntrico, versátil, capaz de mezclar estilos inconciliables, nada para él fue demasiado. Los prints de leopardo junto a las vetas de la malaquita, los brocatos franceses con las pagodas, el rojo y todo lo que de China podía inspirarlo junto a los enfoscados y las pinturas de los techos venecianos, todo eso esta allí, más las maravillas del mundo natural: corales, huesos de peces o animales, conchas marinas ... combinado, reciclado, potenciado para mostrarnos el esplendor de la vida en su multiplicidad.
Tony Duquette gustó del estilo oriental y del Luis XVI, pero el barroquismo y el exceso fueron su tierra fértil. Todo lo que diseñó fue recargado, colorido y adornado sin caer en lo vulgar.

En su joyería super grande, la malaquita fue una de sus piedras preferidas, además del lapizlázuli, el cuarzo rosa, los corales, el amatista y el ónix. Hay mucha plata enchapada en oro, piedras semipreciosas muy coloridas y gemas exóticas.

En cuanto a las formas, flores, ramas y animales conviven orgánicamente, mientras la geometría es dominada por poderosos soles y sucedáneas figuras radiadas.

Broche de oro, cuarzo y citrino

Así simboliza Duquette la riqueza en sus manifestaciones: fuerza espiritual, integridad y amor. La magia está presente en toda su obra, creada según él al añadir al arte el elemento natural . Vemos por ejemplo aquí abajo una mariposa de oro, turmalina, piedra lunar, apatita, aguamarina y diamante.




Broche de oro que forma un corazón de diamantes y granates

Por eso, sus joyas podrían asociarse a ciertos conjuros, mandalas o ex-votos religiosos que se usan para invocar o atribuir cualidades beneficiosas. Quizás con esta clave, en Abril de este año se organizó una exposición en Bonhams y Butterfields, Los Angeles, llamada "Talismanes de poder".
He aquí un collar bib en multizafiros engarzados con oro 18 kilates, que se asemeja a una pechera o cuello de una vestimenta ritual:




Uno de los collares diseñados para la Duquesa de Windsor

Allí hubo 135 piezas, algunas que él había regalado a entrañables amigos, otras donadas por su mujer y por personalidades del jet set, y otras diseñadas especialmente para la duquesa de Windsor. En todas se percibe el mismo espíritu místico: ellas representan una especie de portal a esa buena fortuna que también de algún modo signó su vida, tan poliédrica y transversal como sus diseños.


Brazalete en amatista rosa y verde, oro, diamantes y aguamarinas azules

Hutton Wilkinson, su colaborador y socio desde 1972, organizó la muestra, y es también quien quedó a cargo de la empresa y continúa reproduciendo las joyas para su venta en las tiendas estadounidenses Saks.


Hutton Wilkinson, mostrando reproducciones de las joyas en en la tienda Saks.

Coral, oro, perlas tahitianas


miércoles, 18 de mayo de 2011

De inspiración victoriana... las gargantillas.


Si no son sensuales, las menos dotadas son por lo menos románticas. Tan cerca de las orejas, o allí debajo del mentón, apuntando al hueco entre las clavículas, marcando los hombros y haciendo eco al brillo de los ojos. Y al bajar la cabeza señalando la nuca... jamás dejan de insinuar la infalible zona donde un beso sucumbe a la anatomía. Así es que las gargantillas son un bello y luminoso marco para el rostro pero también una poderosa arma de seducción.


Colorida "cinta" tejida de cristales. Se sostiene con un moño transparente que cae sobre la espalda.

Las damas victorianas utilizaron gargantillas pues les estaba vedado mostrar sus atributos naturales, de modo que sus cuellos y todo lo que allí llevaran cobraron una importancia relevante. Fueron clásicos los dijes o camafeos colgados de una cinta. En ese momento un nuevo engarce que dejaba ver los lados de las piedras preciosas revolucionó la joyería: dejaron de fabricarse las elaboradas filigranas que eran el gran adorno de estas piezas que comenzaron a alivianarse con sus engarces "araña", de seis patitas..


Moderna gargantilla que reinterpreta la tradición eslabonando camafeo tras camefeo. La versión es totalmente subversiva, ya que para estos dijes donde dominaban la claridad y los colores pasteles, aquí predomina el negro.

Las gargantillas de hoy se parecen en mucho a las de antaño: interviene en ellas, junto a las técnicas de joyería y de bijouterie, una importante factura textil (bordado, tejido, costura).


Sucesión de flores de gasa y brillante pedrerío en esta gargantilla para Valentino.

Muchas veces el tiento del que se sostiene el detalle central suele cobrar el valor de una pequeña obra de arte y muchas veces, la gargantilla llega a ser apenas una hermosísima cinta atada al cuello.



Aquí, una cinta de encaje francés con cristales color rubí que acentúan el caracter sensual de esta bijou.

Otras gargantillas actuales combinan sus características de textil y bijou de tal modo que envuelven el cuello hasta transformarse casi en otra prenda de vestir.


¿Gargantilla o cuello? Victoriano hasta la médula, sutil envoltorio de plumas blancas "sujetado" con una cuerda de pasamanería tejida en torno a una tira de tela a juego con el vestido.

 

Esta gargantilla entre romántica y ultramoderna está confeccionada con una tira de cuero blanco e importante fornitura de strass.

 

Lanvin y Chocker dieron a esta gargantilla de strass alto contraste con aires decó.

martes, 17 de mayo de 2011

EJERCICIOS PARA ADQUIRIR ESTILO


1- Mirate al espejo. Estudia tus puntos fuertes y débiles. Los fuertes son los que hay que resaltar, porque así los débiles pasan a segundo plano. Todo en tu vida debe ser así. ¿De qué sirve llorar por lo que nunca se tendrá cuando tenemos cosas que otras desean? Exprimilas más.

2- Por más que te esfuerces, no imites a la perfección lo que admirás. Que nadie diga "esta se cree Madonna". Por ese camino dejarás de tener estilo y pasarás a ser copia.

3- Reconocé la tendencia que te atrae. Tu forma de vida y de pensar son... urbana, tecnosa, punk, hippie, o una combinación inédita que se preste a explicarte como "gaucho-pop", "japo-tonic" o lo que sea. Encuentra en materia de estilo tu propia definición. Porque eso... ¡justamente! es tener estilo.

La sensual Audrey Hepburn, con su aspecto de niña terrible, enfundada en un sencillo vestidito negro, su cuello siempre subrayado, el peinado recogido y esa pintura de ojos es todo un ícono que hoy se reproduce en montones de cuadros y afiches...¿o no?
4-No seas esclava de la moda. El estilo nace junto con tu versatilidad: a todas les queda bien el pañuelo al cuello, pero vos lo usas como cinturón y... ¡qué onda!

5-Adoptá una actitud positiva respecto de lo que te gusta, seguí tu instinto, consideralo valioso y sé fiel a vos misma. Eso va sedimentando y se transformará en tu estilo.

6-Ahora intentá "adquirir" algo más de tu estilo. Arreglate de acuerdo a lo que sientas luego de estos ejercicios y salí a la calle convencida que estas 120% perfecta. Hacé este ejercicio las veces que sea necesario: como te sientas...¡así te verán! Y si no lo has logrado del todo, por lo menos arañarás con tranquilidad un 90% de lo que pretendías.

7-Recordá estos ejercicios cada vez que veas a alguien o te mires al espejo

viernes, 13 de mayo de 2011

Ecléctica joyería textil contemporánea.


¿Corona, tocado...o tiara? ¿Collar?
Con materiales perecederos, sin metalurgia ni orfebrería... ¿puede hablarse de joyería?
Sobre esto hay discusiones interminables: "es demasiado audaz"... "impertinente"... "subversiva"...
De lo que no hay duda es que muchas de sus piezas son joyas del arte textil.

Múltiples técnicas logran este impactante y a la vez delicado bib textil con teatral contraste, que apoya varias vueltas de cuentas oscuras sostenidas por una flor tejida sobre un gran babero de sutil muselina bordada a juego.

¿Nunca penaste por tener que descartar un bello trozo de puntilla, ese hilo de seda y tono increíbles, la cinta que no había en qué usar pero era de aquel vestido que la abuela quería tanto?

Una pulsera, muñequera o mitón contemporáneo, digno de la Madonna más actual, reúne bordados en hilos y perlas sobre tul, formando un intrincado dibujo floral.
La joyería textil contemporánea genera hermosura y ambivalencias, quizás porque crece entre fronteras que se esfuman. No viene de la mano de la opulencia ni del prestigio, sino del reciclaje. No viene del bolsillo abultado sino de la habilidad manual. Esta a disposición de todas las personas, mucho más de lo que se piensa. Quizás por todo eso se afianza en el mercado de la moda y de las artes decorativas cada vez más.



Romántica gargantilla que recicla técnicas y materiales mixtos.

Audaz collar "cuerda" que combina cordón de seda, cadenas, borlas, mostacillas y distintas fornituras de bijouterie.



Otra "cuerda" de exquisita sofisticación. Y abajo, cadenas que no encadenan, porque no son de metal:

En joyería textil hay tres tendencias notorias: lanas, hilos, encajes hechos a mano, exquisitos bordados, retazos de telar ricamente trabajado se reciclan y cobran nueva vida como piezas de joyería artística, como piezas vintage o como valiosas piezas contemporáneas de ecología urbana.

Abalorios de plástico, cintas de organza y de terciopelo para este vistoso y colorido collar.

La joyería textil esta inevitablemente ligada al arte ya que las culturas, a través de generaciones y generaciones, plasman en esta joyería su enorme capital de símbolos, tradiciones y tecnologías. Técnicas de teñido, costura, bordado, telar, trenzado, diversos plegados, nudos y tejidos, técnicas de bijouterie, sombrerería y florería textil… son las artes y oficios al servicio de la joyería textil actual, que compite en galerías y museos de arte contemporáneo sin nada que envidiar a la orfebrería canónica.

Un collar de cinta y abalorios que no teme al "qué dirán".

Es que en la elaboración textil de cada pieza, diversos materiales vegetales o animales son deconstruidos y reprocesados completamente a mano para transformarse en piezas o accesorios de vestir más rústicos o sutiles.
Gargantilla gigante en cinta tejida con perlas acordes al tamaño de la bijou.

Texturas suaves y muy trabajadas, color extremo y poco peso son las propiedades que hacen distinta a la joyería textil, porque permiten elaborar cómodos accesorios cuyos volúmenes y formas serían impensados en otros materiales, como por ejemplo, puede verse en esta globulosa gargantilla azul y blanca:



Originales y llivianas tiara, bib y pechera a juego.


En general, las piezas de joyería textil contemporánea son ecológicas y bastante eclécticas. Sus estilos van desde lo rústico hasta lo romántico y rococó, pasando por el contemporáneo más minimalista.

Interesante broche realizado en tela empleando perlitas con la técnica "nido de abeja" y teñido a mano.


Paradojal y subversiva "cadena" textil: fragilidad en sus eslabones y fortaleza metáliza en su adorno de tachas.


En Argentina, hay una joyería textil autóctona y ancestral que fundó una tradición continuada hasta hoy. Son tejidos en una fibra que se suele combinar con otras fibras vegetales, pieles, cuero, alpaca o semillas de la misma planta de donde se extrae: el chaguar. En estas piezas de alto valor simbólico y artesanal se combinan tintorería, tejido, telar, cestería y platería precolombinas.


Semillas de chaguar tejidas con la fibra de lamisma planta, es esta red que forma un "bib" rústico.